Hoy termine de escribir mis diarios.
Que sorpresa me llevo al ver las páginas llenas de tinta de recuerdos.
Es mi preferida.
Apuro el último sorbo de café que me queda.
Salgo a caminar por calles abarrotadas de zombis.
Nadie hace realmente nada, todos somos marionetas de lo mecánicamente repetido.
Cuando te enseñan a caminar ya lo harás por el resto de tu vida...No porque quieras sino porque ya será parte de tu rutina.
Me siento en una mesa destartalada a las orillas de una bahía inconforme consigo misma.
Saco mis cuadernos y mis plumas que están cansadas de mis necedades y mañas.
Mis ojos lucen algo cansados de una noche de insomnio de amor a solas.
Intento escribir. Pero ningún poema es realmente tan bueno.
La vida bohemia me susurra al oído y yo me hago la sorda.
La gente camina apurada por las aceras fingiendo que van apurados o que los esperan.
Todo para sentirse importantes o necesitados.
Me encanta inventarle historias a los transeúntes.
Mi humor negro nunca falta a las 9 de la mañana.
¿Pensaran ellos que soy una escritora?
O seré solo una vaga, que se sienta a mirarlos con la mirada distante desde la misma mesa, con los mismos pensamientos cada día.
Yo solo pienso que estoy falta de cordura. Inmensamente loca pero inmensamente feliz.
Que sorpresa me llevo al ver las páginas llenas de tinta de recuerdos.
Es mi preferida.
Apuro el último sorbo de café que me queda.
Salgo a caminar por calles abarrotadas de zombis.
Nadie hace realmente nada, todos somos marionetas de lo mecánicamente repetido.
Cuando te enseñan a caminar ya lo harás por el resto de tu vida...No porque quieras sino porque ya será parte de tu rutina.
Me siento en una mesa destartalada a las orillas de una bahía inconforme consigo misma.
Saco mis cuadernos y mis plumas que están cansadas de mis necedades y mañas.
Mis ojos lucen algo cansados de una noche de insomnio de amor a solas.
Intento escribir. Pero ningún poema es realmente tan bueno.
La vida bohemia me susurra al oído y yo me hago la sorda.
La gente camina apurada por las aceras fingiendo que van apurados o que los esperan.
Todo para sentirse importantes o necesitados.
Me encanta inventarle historias a los transeúntes.
Mi humor negro nunca falta a las 9 de la mañana.
¿Pensaran ellos que soy una escritora?
O seré solo una vaga, que se sienta a mirarlos con la mirada distante desde la misma mesa, con los mismos pensamientos cada día.
Yo solo pienso que estoy falta de cordura. Inmensamente loca pero inmensamente feliz.