miércoles, 31 de diciembre de 2008

[[Ultimo dos mil ocho]], una carta para el broche de oro]

Querido inquisidor.


Me ha pedido usted que hable, antes de acabar la víspera y así lo hare. Tiene mucha razón, la época nos ha cogido por sorpresa, el mal tiempo de repente se posa sobre nosotros y yo sigo igual de caprichosa. Lo siento pero quiero expresarle mí mas ferviente deseo y afirmación de que no abandonare mi actual oficio de escritor, aunque sea de poca fama y mala paga, es la pasión de la cual se envenenan mis venas, entonces le ruego que desista de sus grandes esfuerzos de encaminarme a otra profesión. Aprovecho la oportunidad para abrir una vieja botella cuya fecha ya ha expedido, pues si señor inquisidor, la vida bohemia me ha atrapado con sus mantos sensuales, seduciéndome hasta el punto de no querer otro amante que ella. Lamento mis fachas de siempre y mi olor a caña barata, cuando se me obliga a presentarme en sus aposentos para grandiosas veladas enmascaradas, aquellas en las que siempre escucho en silencio su gran repertorio de quejas a mi favor, y en las que apuro la bebida aprovechando que usted por mero cliché abre su botella de “Something Special, Scotch Whisky, 1973”, un año bueno para la música mas no para el whisky añadiría yo, no tanto que mientras mis labios comienzan a perder la sensibilidad por el licor, yo me armo de falso valor para contestarle a usted y a sus acompañantes que aun sigo queriendo a mi amor, no importando como ustedes crean que él sea, y cuantos defectos disfruten pincharle. Se alarma usted al saber que tengo mas de un amor, a lo que yo tal vez conteste con el simple hecho de que en la vida son muchos los amantes, pero pocos los amores permitidos. Podría ir a la hoguera por esto, pero me parece señor inquisidor que llego la hora de dejarnos de habladurías de poca monta, le agradecería disminuyera nuestras citas y comenzar así por dejarnos de hipocresías. Le he visto llorar a escondidas y no le he dicho nada a su tribu para que estas sigan a merced de esa imagen fuerte e inquebrantable. No más que de puros roles estamos hechos los plebeyos y los reyes. Agradezco sus pocos detalles, malas contestas y agresiones, espero que pase un feliz dos mil nueve, que tanga paz y tranquilidad para usted y los suyos.

P.D: le apunto una botella de anís para que pase este trago amargo. No podría desperdiciar uno de mis besos en usted.

Suya en ironías,

M.L

lunes, 15 de diciembre de 2008

[[Falsas Identidades]]


Mi amor no se ha dado cuenta de que todo fue un engaño, que mi mejor función ocurrió en su teatro. Que los días pasaron mas como una excusa que como el cuento de hadas que yo profese. Hace tiempo que deje casa, y aun no ha visto que mi ausencia fue debidamente planeada, que mis lágrimas eran burla hacia los momentos robados, y que mi falta de cortesía era porque me moría por dejarlo. Mi amor no se ha dado cuenta de que deje mi mascara sobre su almohada, no ha notado su aspereza y su cinismo cada vez que se levanta en días en que el sol se cansa de salir a idealizar el mundo para cuando la luna aparezca. Mi amor no se ha dado cuenta de que sonrió mejor desde que no esta, que mis ratos ahora saben a té de manzanilla y que después de todos a sus besos les falto mucho para saber a caramelo. No es fácil despertar a merced del mejor engaño que has organizado en tu vida, tomar plena conciencia de que todo este tiempo te han mentido de esta manera tan cruel es casi asfixiante. En días de ataques de pánico, la lluvia cae más lento y el aire es más denso. Si me dices cuanto tiempo ha pasado podre confirmarte cuantos arboles he aruñado, te has creído el centro de mi pequeño mundo, sin saber que tal vez amor mío yo seré siempre el núcleo podrido del tuyo. Mi amor aun no ha percibido que sus mentiras son rompecabezas que ya me aburrí de armar, que en sus idas y vueltas, yo he tomado el metro. Mi amor no se ha dado cuenta de que para mí todo fue una confusión, y que ya dejo de ser el viento que apaga mi cigarrillo.

martes, 9 de diciembre de 2008

[[Abrázame]]


Cuando las cenizas del invierno enciendan las chimeneas de la nostalgia, veras como caminare perdiéndome entre el frio de las calles, escondiéndome entre perfiles que no me pertenecen. Tu presencia ilumina las cicatrices que llevo,
Abrázame.
En los momentos de mayor intimidad, mi alma se enciende despacio, es un fuego que consume lentamente mis ganas, mi espíritu, si dibujas un círculo en mi espalda entonces siento que muero de felicidad, las mejores caricias son aquellas que damos cuando tenemos la complicidad de que somos observados,
Abrázame.
No me preguntes nada, que ya sabes que todas mis respuestas eres tú, ya sabes que eres cada letra de mi abecedario, cada día que le robo al calendario y cada minuto que le empeño a la vida,
Abrázame.
Cuando lo sueños se me agoten, ya no haya esperanza en el almacén de la esquina, no consiga ánimos prestados y las noches se hayan ido a otro burdel,
Abrázame.
Si los paisajes ya no quieren ser vírgenes, el mar ya no quiere acariciar la playa, el mundo ya no quiere detenerse, y nunca se encuentra la cura al desamor,
Abrázame.
Hay susurros que se escapan por callejones sin salidas, que mueren y con su olor pestilente envenenan razones, hay mentiras que sirven de hilo para remendar sentimientos incompletos, hay besos que logran tapar aniversarios olvidados, hay momentos que se quedan para siempre en nosotros,
Abrázame.
Este árbol de hojas caídas, esta casa llena de fantasmas, y mis brazos temblando porque hoy será el principio de nuestros días a las 7 de la mañana, a la soledad no le gusta madrugar, intento disfrazar todo con muchas metáforas pero al final solo quiero susurrarte,
Abrázame.



Abrázame que los amores prohibidos, son los más indulgentes al dolor.