domingo, 8 de agosto de 2010

[[En los pueblos olvidados por Dios]]


Las casas son de barro y apenas algunas tejas,

son cuatro paredes inhumanas.

No tienen más vida que la necesaria.

Los frailejones van abrazando a la tierra para que no se enoje,

brotan desde lo mas tierno, en el centro desde su nucleó la tierra pare hermosas criaturas.

Los insectos no dicen nada, no tienen nada que opinar, su misma levedad los salva de tal trabajo, los perros con sus hermosas pieles sorben el agua de aquel rio tan viejo que nadie sabe de donde salió.

Los niños de estos pueblos son rosados y sus mejillas son rojas, tienen la particularidad de no tener un ritmo que no sea mínimo rápido. Las palmas de sus manos son moradas y la piel es quebradiza.

Te abren las manos para pedirte unos gramos de tu tiempo, un cuarto de tu sonrisa y algo de dinero.

A estos niños nadie los juzga porque la sociedad los ha marginado entre los premios Grammy y las vallas de cigarrillos.

Pocos los ven porque las montañas los guardan con recelo,

saben de muy poco y muy transparente porque la madre tierra es quien les enseña,

necesitan de lo necesario porque no hay mas nada.

El frio es su único amor constante en la vida y las nubes son ese norte que no alcanzan. Las nubes que son el hogar de Dios.

Los niños dejan en la tierra el aroma de sus manos y sueños cuando recogen la cosecha.

Los mitos y las leyendas son el único espectáculo de su vida.

Estos niños aman hoy porque no dejan nada para mañana. Los inocentes no lloran luchan con su destino.

La cascada se lleva la suciedad del oro.

El pueblo es el mismo a través de la vida pero los niños que van muriendo por la vida son distintos.

En la capilla las señoras rezan por sus hijos porque solo confían en Dios, piden que no los abandone.

La tristeza no dura mucho en los niños, ellos conocen la tristeza como una emoción mas no como un sentimiento, prefieren creer en Dios mientras se toman el cafecito caliente.

- No me muero de frio señora, solo tengo hambre – me dijo uno de ellos.


Este texto fue escrito con todo mi respeto para los niños que conocì en mi viaje, lo hice a manera de que muchos reflexionemos que Dios no tiene que ser necesariamente una deidad inalcanzable, que todos podemos ser el verbo hacer ayudando a las personas que estan en nuestra vida necesitando solamente un gramo de arena. No los podemos salvar a todos pero si regalarles una sonrisa.


What if God was one of us?
Just a slob like one of us
Just a stranger on the bus
Trying to make his way home.
If God was one of us - Joan Osbourne.