
Las palabras no son nada hasta que son pronunciadas, he ahí entonces cuando se convierten en crímenes perfectos. Nunca te pedí que dijeras todas las palabras que disfrutaste ver morir en mis oídos a decideles perfectos, con excusas de promesas, con promesas de ilusiones, con ilusiones que se esparcieron en las letanías de una historia para no dormir. No hay culpa que buscar ni recuerdos que intentar justificar. No tenias que decir PARA SIEMPRE. Eso rompió el rosal de mis esperanzas, leer esa carta en silencios aquellas frases que escribiste sin pensar en que saldrían disparadas en una flecha inclemente, con fin de asesinar a sangre fría. No busques el amor en calles vacías. Romper un corazón no es un trabajo arduo... es arte. Los días se fijaron en mi a merced de las huellas de mi mejor traidor. Las intenciones una vez impuestas cometen su objetivo, no importa cuanto hayan cambiado los motivos, yo
SIEMPRE seré el nombre que te cortara el aire por lo tanto lo intentaras olvidar, y tus seras para SIEMPRE el recuerdo estático de unas memorias tristes. Tu plan de amarme e irte a la mañana siguiente se distorsiono en un montón de madrugadas que pasaron sin mucho apuro, entre unas velas y la única verdad de que la compañía bien puede ser pasada por amor, a favor de los que un día se atrevieron a desafiar las leyes naturales.