miércoles, 30 de enero de 2008

[[ De amor y otros calificativos ]]


Tengo los puños de mis mangas mojados, y eso de que se secaran pronto no es seguro. Tu lo sabias. Aunque a veces hagas de sordo, me buscas cuando sabes que no puedes encontrarme. Volvamos en nuestros pasos para saber en que fallamos. Cuando te miro de revés te amo aun más. Aunque ya mi amor no te sirva, esta entre tus otras cosas fastidiosas del día. Perdóname cuando me aparezco en tus sueños, solo lo hago porque me mata la costumbre de saber de ti. Nunca te gusto que invadiera tu mundo, una galería de lienzos congelados. Yo el lienzo que mas trabajaste nunca fue suficientemente bueno para ti y tus mañas al anochecer. Qué es entonces el amor sino perdonarte porque se te olvidara llamarme o por el beso áspero que me diste hoy. Lo se. me gusta recordarte cosas que con el tiempo, ya no tiene sentido decirlas, pero es que amor… para eso estoy. Para guardar en servilletas lo maravilloso de nuestro amor. Si mis manos están llenas de tinta tus besos son mas dulces, a veces tus manos no saben acariciar mis cicatrices. Si me ves llorando solo bajas la mirada, me he resignado a tus defectos y como adoro tus virtudes. Ya te estoy amando demasiado, hoy sigo aquí esperándote como cada día que lo he hecho, con versos escritos en mis manos y la mirada perdida. Hasta hoy lo hago. Ya no podre esperarte más mi vida. Me han quitado mi lugar. Y así, me envuelvo en una cajita de pandora que yo misma construí. No tengo valor para decirte que ya no te esperare mas, me miro en el espejo y diluyo mi imagen en lágrimas. Lagrimas de cobardía. El pago del olvido… el pago del olvido es la soledad. Aquella soledad que no escoges sino la que se te impone. No llegan los flujos de las emociones a mi corazón. Tantos calificativos y tan pocos aciertos en significados. Todo lo que alguna vez tuvo sentido ya no lo tendrá nunca. Porque todo lo que un día considere amor, muere con tu sutil despedida, un aún te amo y no es un hasta luego, sino un adiós.

sábado, 12 de enero de 2008

[[ Diagnostico ]]



Hablo en silencio con la soledad. Grito mi silencio y me ahogo en una sonrisa. Un pensamiento existencial me atrapa, me libera de estar feliz. Me supera y me lleva a bajos fondos de mi personalidad. Solo yo, solo yo conozco lo lejos que he llegado. Tengo tan poco que contar, a quien le pueda interesar. Vagas sombras de culpabilidad. Un asomo de un tenue arrepentimiento que ya no volverá. No reconozco nada de lo que me rodea, mi fragilidad me atormenta y todo lo que tengo que hacer es sonreír entre mis lágrimas. Me siento muy vista. Violada en mis propias confidencias, traicionada por mis secretos, en los labios agridulces de mis mejores traidores. No tuve razón… sin embargo lo hice. Me siento castigada en mis recuerdos. Mi conciencia indignada ante mis actos hace que mi memoria se muestre densa, distante y nada clara ante mí. Aún no nombro mi orgullo herido ante las personas que amo. Mi imagen destrozada. Estas líneas se me acaban y aun no me enfoco en motivos, aun no se que me sucede. Inmersa en mí. Yo sin un calificativo que agregar a mis diagnósticos insensatos.

lunes, 7 de enero de 2008

[[ La hora se hace fastidiosa a mi animo, cuando miro al reloj]]


Si hoy al despertar sientes que tu mundo esta un poco gris búscame, prometo cambiar tus perspectivas con artilugios de mi animo prestado. Te daré una habitación en el motel de mi corazón. Abarrotado de momentos que se quedaran solo una vez. Solo una noche es suficiente. Siempre serás mío, y yo siempre del recuerdo de lo que una vez fuimos. Esperar que la gente cambie es como esperar el bus de las 6, cuando ya son las 6 y 15. Tienes la esperanza de que suceda pero en el fondo sabes que no pasara. Miras al reloj fijamente como si este acto tuviera sentido. Así evitas el pensamiento de que perdiste el bus por no haber mirado antes. Me pregunto que pasara con mi final feliz. Fui a hablar con un hada madrina y me dijo que ya todos los de este tipo están copados. Palabras simples que se disfrazan de señoras de sociedad. Como decirte que no…me siento indignada. Tu amor congelo mi inspiración. Hace media hora que miro el reloj y es la misma hora. Tengo una musa búho y palabras que se escapan o se pierden en mis polvorientos archivos. Mi mundo es pequeño y mis emociones inmensas, se me había olvidado lo que duele el amor. Me encanta la lluvia y el olor ha remojado que deja a su paso. Mi musa no cambia de actitud. No puedo sacar todo esto que siento de mi interior. Te haces el sordo a mis sollozos. Que ironía, miro de nuevo al reloj, es otra vez la misma hora.