[[Mi mala ortografia para el amor]]

El día que te invite a salir debe ser uno de esos días donde las casualidades son generosas, los semáforos solo se pintan de amarillo, y haya menos de que preocuparse. Iremos a tomar un café porque a mi no me gusta el cine y a ti lo de ir a comer helados te parece una cursilería. Nos sentaremos sin mucho apuro y yo te pediré que no fumes esta vez, a lo que me contestaras que lo harás igual, y que será bueno que te acompañe. Hay almas que nos tardamos mucho mas tiempo en conocer y descifrar que otras. El rato se nos pasara ameno, conversaremos como siempre, discutiremos lo de siempre y tu agregaras que soy una terca sin remedio. Me gusta que te des cuenta de mis malas cualidades pues me hace pensar que aun conociéndolas bien, te gusta estar a mi lado. Existen amores que se presentan a nuestra merced así como las flores que misteriosamente crecen en la maleza, donde crees que no volverá a ver vida jamás. He podido ver en tus ojos, aquello que creí ya perdido hace tanto tiempo, aquella luz que calienta y no quema, me he encontrado a mi misma queriéndote cerca para todas aquellas cosas que se me ocurre podemos hacer, en orden para sonreír. Interrumpes mis pensamientos al decirme que estoy un poco rara, yo te miro y sin querer comienzo a decirte todo aquello que tengo escrito en los adentros de mi piel que me gusta callar, te confieso que quiero enamorarme, encontrar un alma con la cual tener un poco de afinidad y unos abrazos los domingos por la tarde, un amor al que escribirle en las esquinas lluviosas, mientras espero el autobús o hago la cola en el supermercado. Déjame hacer de nuestra afinidad, algo sublime. Tengamos una revolución de amor, tengamos amaneceres con sabor a canela, y unas postales con caricias espolvoreadas en complicidad. Si te vienes conmigo, mi mala ortografía en el amor mejorara.